Pasen y lean. El placer de la lectura es gratuito y vuelvan cuando quieran. ¡Muchas gracias!

Bienvenidos y bienvenidas a mi particular rincón de trastos mentales plasmados en letras unidas unas a otras formando lo que parece una especie de blog o intento de ello.

Espero que disfrutéis por poquito que sea de este pequeño lugar que poco a poco voy amueblando de palabras, recuerdos, experiencias, etc. Ojalá podáis disfrutar tanto como yo, aunque no siempre sea muy agradable el impulso que me hace escribir siendo sincera, de todo lo que podéis encontrar por estos lares.

Dedico un ratejo de mi tiempo, menos de lo que me gustaría a decir verdad, a abrir mi mente y, a veces, aún más mi pseudocorazón.

Dicen que en esta vida se aprende de todo, bueno y malo. He aprendido más malo que bueno o... Quizás sea por mi manera algo pesimista de verla. Por este motivo, doy gracias por las personas que han hecho, hacen y harán que este camino sea menos amargo y más amable.

Lo dicho. Disfrutad cuanto queráis de mi segunda casa y estáis invitadxs a volver cuantas veces os plazca. Si queréis escribir comentarios, adelante.

Un saludo muy grande. Y gracias, siempre!

lunes, 9 de junio de 2014

Indefinido.


 Estos últimos días no han sido nada buenos. Realmente, podría calificarlos como una puta mierda,  bastante jodidos. Al menos, las clases están acabadas (empecé la fabulosa carrera de cuatro años de Finanzas y contabilidad),  ¿guay, verdad? Aún faltan las recuperaciones. Obviamente mi pereza y mi falta de voluntad tanto para estudiar como de madrugar para ir a la facultad han propiciado este fatídico final de curso. 

Mi vida personal no está pasando por su mejor racha, para mi desgracia. Al fin y al cabo, mi actitud ante la vida es un poquito pesimista entonces parece que el asunto se lleva "mejor" o por lo menos, se lleva que algo es.

Errores cometemos a diario. Somos humanos. Es totalmente lógico y comprensible. Malo sería que cada uno de los elementos que conforman nuestro día a día fuesen perfectos. ¿Acaso no es de sabios rectificar?, ¿aprender de los errores cometidos y así no volver a repetirlos? Debe ser que nos hemos acostumbrado a ver a todo lo que nos rodea tan perfecto, maqueado, deslumbrante, etc que hemos creído que esa es la verdadera realidad. Confundidos, es la palabra correcta. Y benditos errores que ayudan a mejorar. He de reconocer que depende quizás también de la persona. La cualidad de cambiar a mejor, claro está, hoy por hoy no abunda ya sea por defecto de fábrica o por no querer poseerla. ¡Qué triste! La vida en sí es una tragicomedia.

Buenas noches y perdonen la hora. La creatividad, al igual que el amor, no entiende de horarios.

Curiosidades.