Se sentía tan mal por haber sido aquella ilusa mujer que creyó todas sus palabras. Pero ella estaba enamorada y no podía vivir sin él. Una y otra vez pensaba en que él cambiaría, que si todo iría a mejor, en resumen promesas que ni él mismo creía.
-Tengo llagas en el corazón.- Solía decir, mientras miraba fotografías de ellos dos juntos. Recordaba la primera vez que le vio, su primer beso a escondidas, las fugas de clase por él. Eran muchos momentos los que vivieron juntos, no le podían venir a la mente más porque sus ojos no se lo permitían. Eran un embalse desbordado, una lluvia que no cesa...
Le gustaba pensar que todo iría a mejor y así fue. Su lema dejó de ser "Sin él, no soy nada" a "Sin él, soy y seré todo lo que quiera". Su pensamiento más habitual, "La calma, llega después de la tempestad". Tiene presente su pequeña aunque existente relación con el mar, pues ellos solían viajar en un barco de vela todos los veranos. Ahora, viaja con sus recuperadas amigas que él, alejó de ella por celos. La diferencia es que ahora, él es la persona la cual no quiere recuperar y también, alejar de su vida.
Nunca mejor dicho, tiró su vida anterior por la borda.